9 jun 2008

LOS MATRIMONIOS / SELVA y MIKE


   MIKE llegó a Villa Giardino luego de conducir durante 9 horas seguidas. SELVA, su mujer, pidió parar un par de veces, pero MIKE insistía en llegar… Tenía en la nuca el ardor de la trampa y sabía que de un tirón el dolor sería más intenso pero breve. SELVA es una mujer determinante y segura. MIKE vive en una duda permanente, pero si de algo está seguro, es de que ama a SELVA y que toda esta maniobra engañosa no es más que un acto de amor y devoción. SELVA ya ni se pregunta esas cosas. Luego de 20 años de matrimonio se va en punto muerto y sin espejo retrovisor. SELVA no cuestiona lo que no le sucede. Mira para adelante y tiene la vista fijada en el punto finito de la ruta. Hay que ser prácticos, ejecutivos, dinámicos… preguntarse mucho las cosas con hace a las personas más profundas y coherentes, sino menos prácticas y determinantes. Pero algo es innegable: ya nada funciona como cuanto todo era a estrenar; y no es necesario ni mucha practicidad ni mucha introspección para entender que no hay crisis superficial y pasajera en la medida en la que no se hable de ella.

 

    MIKE habla con SELVA y reza con el pensamiento. En las 9 horas de ruta desplegó todos los temas posibles, y cuando se avecinaba un bache, entonces encendía otra vez la radio para comentar las noticias de cada hora y así mantener la boca caliente. Cualquier titubeo haría colapsar la grieta. La realidad que había articulado para convencer a SELVA de realizar ese viaje, estaba unida con alfileres.

 

   SELVA no sabe que fue llevada allí engañada por MIKE.  SELVA ni si quiera imagina que MIKE planificó minuciosamente este viaje desde mucho tiempo antes de que él se atreviera a hacerle la propuesta, desde mucho tiempo antes de la discusión en casa de los padres de MIKE, desde mucho tiempo antes del último embarazo perdido. Es que SELVA es hiperactiva; y en el movimiento es difícil reconocer el dolor; es por eso que si SELVA se detuviese un minuto a preguntarse cómo se siente realmente; la respuesta sería concreta y rotunda: infeliz. Pero mientras hay quienes pueden asumir el dolor y mirarlo de frente, otros prefieren evitarlo.

  

   MIKE hace dos meses que no besa a SELVA en la boca. Pero esa lejanía física para nada se equipara a la distancia espiritual que experimenta MIKE en su matrimonio. Algo del bendito sacramento se profanó, y el hombre siente tanta angustia y tanto miedo que en su desesperación más solitaria construyó un discurso creíble y convincente, organizó meticulosamente cada detalle y decoró con verdad cada flaqueza del argumento. Claro que sabía que tarde o temprano algo se derrumbaría. Pero en su convicción cristiana, alberga la certeza de que si Dios pudo mover una montaña, sería capaz entonces de traer a SELVA otra vez al eje de su vida. De todas formas, en medio de los escombros, no hay derrumbe que pueda doler más.

 

   Entonces MIKE se ocupó de sacar el dinero que había en la cuenta bancaria familiar destinado para la cuota 34 del crédito hipotecario, y rápidamente le dio un nuevo destino. Bajo la excusa de un premio que la empresa le dio por ventas y comisiones anuales, entonces compró para su mujer un paquete promocional de otoño en plenas sierras cordobesas.  Una estancia de siglo pasado, comida casera, aire limpio y saludable, un entorno posible para una posible posibilidad. Omitió aclarar un par de cosas, que prefirió disimular entre titubeos y comentarios cotidianos hechos en voz alta… Esa voz alta que por lo general intenta silenciar lo que no puede decirse de otro modo. MIKE no puede, pero también sabe que Dios es luz y verdad, y que Él preparó para su matrimonio una vida mejor. Lo que no sabe, es que toda crisis se hace mucho más profunda cuando uno puede divisar con claridad que está realmente solo.

 

   Entonces MIKE conduce su coche durante 9 horas seguidas y piensa en el último viaje que hicieron juntos. En aquella oportunidad la angustia aprisionada era otra, y la esperanza era tan delgada que entraba en un sobre de papel. Los resultados del tratamiento para que SELVA pueda quedar embarazada no habían sido buenos, y el viaje de regreso a casa nunca había resultado tan largo y tan violento. SELVA es profesora de inglés; MIKE es devoto de la Virgen de la Medalla Milagrosa… Una Virgen que se toma demasiado tiempo para hacer milagros.

 

   SELVA no entendía la terquedad de MIKE por salir a las 5 de la mañana. La idea que MIKE le vendió a SELVA era la de llegar lo antes posible para disfrutar lo que queda del día. Ocupar el cuarto, recorrer el lugar, familiarizarse con el entorno y acostumbrar a los pulmones a un aire distinto. Nada de eso sucedió al llegar. Poco a poco los velos de la mentira fueron sufriendo desgarros, y al cabo de pocos minutos MIKE y SELVA estaban rodeados de otros matrimonios, que como ellos, no estaban en el mejor momento de sus vidas. Un ronda testimonial, un cura, dos licenciados en algo, mujeres que lloraban al hablar, hombres que no miraban a los ojos, una mesa de café, una pizarra, una invocación a Jesucristo para que ilumine a estos matrimonios cristianamente constituidos. El horror. No hubo lugar para lo contrario. SELVA no tuvo tiempo de reaccionar, de huir, de quejarse… De pronto se vio atrapada en un sistema que se asemejaba bastante a los sistemas de gestión empresarial que MIKE suele vender… Y MIKE, envenenado con su propia medicina, ahogado y pisoteado por las cortas patas de su mentira, busca como puede el Dios que tanto le habían prometido… Fin de la jornada… Ahora cada uno a su cuarto a reflexionar… A puerta cerrada todo resulta más estremecedor… Calmar a SELVA exigirá la prestidigitación de un mago más que la voluntad Divina. 

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